En este artículo te contamos lo que es un préstamo participativo y todo lo que debes de conocer acerca de este instrumento de financiación.
¿Qué es un préstamo participativo?
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Un préstamo participativo se define como aquel en donde el prestamista, además de la remuneración por los intereses, recibe otra remuneración que depende de los beneficios que obtenga el prestatario.
En el préstamo participativo el prestamista recibirá un interés que será variable y se determinará dependiendo de la actividad de la empresa prestataria. Por otro lado, el prestatario solo podrá amortizar el préstamo de forma anticipada si dicha amortización se compensa con una ampliación de igual cuantía derivada de sus propios fondos.
La contabilidad del préstamo participativo se considera como patrimonio contable cuando se tienen en cuenta las reducciones de capital o la liquidación de sociedades. Por otro lado, todos los impuestos de este préstamo participativo se pueden deducir en el Impuesto de Sociedades.
¿Quién puede dar un préstamo participativo?
En España, las entidades que suelen dar los préstamos participativos son públicas. A nivel nacional una de las entidades más destacadas es ENISA y a nivel autonómico en Cataluña nos podemos encontrar con ICF, ya que cuentan con productos similares.
A pesar de que lo más habitual es que sean concedidas por estos entes públicos, también es posible encontrar préstamos participativos en entidades bancarias o business angels, sobre todo cuando se está empezando un negocio y se busca financiación.
¿Cómo tributan los préstamos participativos?
Un préstamo participativo tributa dependiendo de los diferentes impuestos que vamos a ver a continuación.
En el Impuesto sobre Sociedades un préstamo participativo se considera financiación ajena, por lo que deberá de reunir todos aquellos elementos que son necesarios en un contrato de préstamo. Los intereses del préstamo estarán sometidos a la limitación de la deducibilidad de los gastos financieros de la empresa.
En el IVA, la concesión del préstamo estará sujeta al impuesto siempre que el prestamista sea sujeto pasivo del IVA, pero está exenta.
En el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, siempre y cuando el prestamista sea el sujeto pasivo de IVA, la concesión del préstamo no estará sujeta a la modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas. Si el prestamista no es sujeto pasivo del IVA, estará sujeto al ITP y AJD, pero exenta.
Finalmente, en el IRPF, los intereses que deriven del préstamo participativo podrán quedar exentos de tributación siempre que se perciban por un residente en otro Estado miembro de la UE con el que exista convenio para evitar la doble imposición.
¿Cómo cancelar un préstamo participativo?
Cancelar un préstamo participativo es posible si ambas partes lo han acordado previamente. En el caso de que se quiera cancelar, lo más probable es que haya que aplicar una cláusula de penalización o comisión.
Lo que sí que debemos de tener en cuenta es que la normativa de los préstamos participativos es bien clara en el sentido de la cancelación. Solo se podrá cancelar si la amortización se compensa con una ampliación de igual cuantía procedente de los fondos propios, siempre y cuando éste no provenga de la actualización de activos.
El préstamo participativo es considerado como fondos propios. De esta forma, al cancelar el propio préstamo se reduce el patrimonio de la empresa y los acreedores de esta quedarían en una situación desfavorable. Para evitar esto es necesaria la ampliación de igual cuantía.
¿Qué es un préstamo participativo convertible?
El préstamo participativo convertible es un tipo de préstamo participativo que se diferencia del original en la forma en la que el prestamista toma parte dentro de la empresa prestataria.
Mientras que en el préstamo participativo el que entrega el dinero recibe unos intereses que dependen de la situación de la empresa, en el préstamo participativo convertible el prestamista puede llegar a formar parte de la sociedad.
Básicamente el prestamista puede convertir su derecho de crédito en participaciones de la empresa. Esto quiere decir que el prestamista no recibe el dinero de vuelta, sino que, en lugar de eso, lo que obtiene son acciones de la empresa que le ha solicitado el dinero del préstamo.
Este movimiento por el cual el prestamista pasaría a formar parte de la sociedad debe de ser aprobado por la junta de empresa y, para que esto se pueda hacer, deberán de llevar a cabo una ampliación de capital. Por este motivo, lo habitual y lo más conveniente es que dentro del propio préstamo convertible venga ya firmado este acuerdo para que luego no haya sorpresas.
Un préstamo participativo convertible tiene bastantes ventajas para una empresa nueva que anda buscando financiación. Esto se debe a que los préstamos participativos convertibles pasarán a formar parte del patrimonio neto de la empresa y se ligan los costes a los beneficios. Por este motivo suelen ser habituales en las startups.
Además, el prestamista también puede obtener grandes beneficios de un préstamo participativo convertible, ya que podrá tener mayores beneficios si la empresa crece con el paso del tiempo y se convierte en una entidad más grande, aumentando su valor y participación e importancia en el mercado.