La pornovenganza, que se produce cuando una persona difunde contenido sexual gráfico de otra sin el consentimiento de esta, representa ya el 35% de los delitos de violencia digital entre los jóvenes de 18 a 24 años, seguido del ciberacoso, con un 30%, y de publicaciones sin consentimiento de datos personales, imágenes o vídeos obtenidos de manera ilícita, con el 15%, según el Observatorio de Violencia Digital y la Asociación Stop Violencia de Género Digital.